Entre tú y yo
hay un cuchillo de distancia,
el carnaval del absurdo,
la barbarie.
Un cuchillo que construye Treblinkas,
perfila desigualdades
y socava las entrañas
de la Madre.
Ya ha dejado su huella
en lxs niñxs de mañana
y los milenios se han herido mortalmente
con su filo
sin saberlo.
Su sangre siembra
jardines de rosas víricas,
letales,
que, contra toda lógica,
aún te resultan hermosas.
Ese cuchillo caerá.
La gravedad de la tierra
volverá su peso insoportable.
Caerá
con toda la contundencia
de la justicia y la vergüenza
(Cuándo es su único misterio).
A menudo
necesito cogerte de la mano
en este laberinto
de distancias siderales,
abrazarte
con el abandono
de lxs niñxs y las olas.
Pero cuando me acerco
me acecha un filo metálico
y he de encontrar la distancia óptima
(que no existe)
o diseñar un nuevo escudo
(que nunca funciona).
Te quiero,
pero entre tú y yo
hay un cuchillo
de distancia.
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